Las distintas experiencias a la que el ser humano está expuesto puede repercutir de distinta manera en su salud mental. En el caso del trastorno de estrés postraumático, el evento desencadenante se describe como «un episodio único en el que la vida parpadea en un instante» lo que provoca una conmoción espiritual y mental.
¿De qué se trata el trastorno de estrés postraumático?
El estrés postraumático es definido por la OMS como un evento que incluye una amenza o compromiso de forma inmediata de la vida de la persona afectada, ya sea por violación de su integridad física, moral o de las personas acompañantes que se encuentran con él, eventos que incluyen hechos generalmente como asaltos, abuso sexual, abuso físico.
Si bien, gran parte de las reacciones al estrés se comportan como acciones naturales que suelen desaparecer luego de unos días, en el caso del estrés postraumático esto no sucede y se quedan instaladas por mucho más tiempo, desarrollando además otros trastornos psiquiátricos como producto del evento, siendo estos, ansiedad, depresión e inclusive trastornos por uso y abuso de sustancias.
Se sabe que las reacciones tras el evento inductor del estrés no es el único responsable en las reacciones que tienes como persona afectada, también tienen que ver otros factores como la genética, los factores ambientales y el nivel sociocultural requiriendo con mayor rapidez, un tratamiento adecuado.
¿Hay algo que cause la predisposición a este trastorno?
Se ha visto que no existe una causa específica establecida para padecer de estrés postraumático, pero sí se ha visto que aquellos eventos que implican una serie de cambios corporales, tras el hecho estresante, así como modificaciones emocionales que se asocian a una sensibilidad extrema al sentirse amenazado y a querer promover su supervivencia, se asocian con mayor probabilidad a desencadenar un trastorno de estrés postraumático.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno de estrés postraumático?
El hallazgo cardinal en este trastorno psiquiátrico radica en poder distinguir una lesión física de un trastorno o evento psicológico, pues de esto dependerá que se consiga definir las reacciones de estrés que has tenido como efecto natural a un hecho amenazante previo.
Debe hacerse destacar que el factor estresante para considerarse postraumático ha de haber ocurrido en un lapso mayor a 4 semanas, dejando secuelas psicológicas que pueden inclusive durar muchos años.
- Recuerdo constante del hecho estresante, así como pesadillas o rememoraciones instantáneas del evento
- Alucinaciones referentes al hecho traumático, imaginando que se repite.
- Síntomas de ansiedad severa al estar en contacto con personas o lugares que hacen recordar la situación traumática
- Conducta evitativa ante conversaciones y personas que se relacionan con el acontecimiento.
- Palpitaciones, dolor en el pecho y dificultad para respirar al recordar el suceso traumático.
- Pensamientos distantes, sentirse paralizado al imaginar el hecho perturbador.
- Insomnio, irritabilidad, mala concentración.
- Sentirse «con los nervios de punta»
- Sobresalto ante cualquier situación similar
Todos los síntomas van radicando en recordar desde todas las perspectivas el hecho traumático, generando comportamientos de evitación, así como signos de sobresalto ante cualquier posibilidad de volver a repetir el episodio.
Si bien, la mitad de los casos que padecen un hecho de amenaza para la vida, consiguen recuperarse en los primeros 3 meses de sucedido, el resto persiste con los recuerdos y síntomas asociados incluso más de 12 meses después dando lugar a un significativo estrés postraumático.
¿Y los niños como reaccionan a este trastorno?
Se sabe que el trastorno de estrés postraumática afecta a todas las edades por igual, sea en la infacia, en la adultez o en la vejez. No obstante, son los niños los que suelen reaccionar de forma diferente ante las situaciones que implican compromiso de sus vida y miedo extremo.
Ellos van reflejando reacciones extremas en torno a la situación, siendo posible la adquisición de síntomas similares pero no iguales del todo a los adultos, si son menores de 6 años cursan con síntomas generalmente como:
- Orinarse la cama, habiendo ya aprendido el hábito de ir al baño
- Olvidarse de hablar o no poder expresarse
- Actuar la escena traumática durante sus juegos
- Apegarse extremadamente a sus padres o a otro adulto, cuando anteriormente no era así.
Mientras que si son mayores de 6 años se presentan con un cuadro psicológico dado por:
- Conductas irrespetuosas evadiendo el evento traumático vivido
- Sentimiento de culpa o resentemiento por no haber evitado el hecho de alguna forma.
- Pensamientos constantes de venganza hacia personas involucradas en el acontecimiento.
El desenlace de este trastorno se centra en cuatro criterios que van desde el criterio A, en el que ocurre un evento traumático y amenazante para la persona afectada y a partir de allí, comienzan los recuerdos insistentes y concurrentes del episodio, persistiendo pese a la negación y evitación de la persona de querer tenerlos en mente, mientras que en el fondo, el cerebro va agotándose emocionalmente provocando sentimientos de nerviosismo tan intensos que ante cualquier sospecha del mismo evento, el sobresalto es extremo con altos rasgos de inseguridad, siendo estos los criterios B, C y D, respectivamente.
¿Cómo puedo saber que se trata de un trastorno de estrés postraumático?
El hecho de que exista la imposibilidad para recordar partes importantes del evento traumático ha sido motivo de discusión en cuanto a la realización del diagnóstico de estrés postraumático, pues es un hallazgo psicológico que se considera más importante que el criterio D, que implica los síntomas de activación y sobresalto ante circunstancias similares al acontecimiento traumático.
Por tanto, algunos de los aspectos más explícitos y significativos para hacer el diagnóstico de esta enfermedad son:
- Síntomas mayores a 4 semanas tras el evento traumático vivido, pudiendo ser agudo en los 3 primeros meses o crónica, si aparecen después de los 3 meses.
- Tú mismo viviste el hecho amenazante de forma cercana y directa
- Viviste en persona un hecho traumático que le sucedió a otros a tu alrededor
- Te encuentras constantemente expuesto a probables eventos traumáticos (por ejemplo, servicio de salud, servicio de seguridad)
¿Cómo se puede curar este trastorno?
Este trastorno consta de un tratamiento que puede ser dual en muchos casos, es decir terapias psicológicas asociadas a medicamentos o también puede ser cualquiera de los dos, todo dependerá del enfoque que tenga el caso según la perspectiva del psiquiatra.
Es por ello pertinente que antes de automedicarte (la cual es la peor opción) visites a un especialista en salud mental, pues él es el único que se pondrá en la verdadera situación que estás viviendo haciendo que recuperes los pensamientos de paz y tranquilidad, sin que te sigan perturbando sentimientos e imágenes de aquel hecho tan terrible que has tenido hace un tiempo.
En principio, el psiquiatra según la intensidad de tu cuadro podrá elegir la preferencia de psicoterapia como tratamiento primario, o bien, asociar medicamentos si va más allá de un episodio leve.
Psicoterapia
Existe una gran variedad de psicoterapias especiales para el trastorno de estrés postraumático y son útiles tanto para aplicarlas en niños, como en adultos, siendo el preferencial por parte de los especialistas en salud mental.
¿Qué tipos de psicoterapias pueden aplicarte?
- Cognitiva -conductual: Esta terapia radica en la conversación de ayuda, conversación que te hará conocer las miles formas de pensar, cuando llegue ese momento aterrador que invade tus pensamientos, recordando el acontecimiento traumático. Por lo general, se usa junto a la terapia de exposición para mejores resultados.
- De exposición: Esta es una terapia igualmente conductual que mejora significativamente las maneras en las que puedes enfrentarte a situaciones perturbadora, de manera segura y controlando el estrés apropiadamente. Te enseñan comportamientos para acoplar a tu mente cuando llegan los recuerdos atemorizantes y es útil si frecuentemente experimentas vivencias retrospectivas y pesadillas acerca del hecho.
- Reprocesamiento del movimiento ocular: Esta en especial es la combinación de la terapia de exposición con movimientos oculares guiados, los cuales te ayudarán a procesar positivamente los recuerdos traumáticos y a cambiar la manera que sueles reaccionar ante dichas situaciones.
Cada una de estas terapias, son las que te ayudarán a mantener la calma y el control en esos episodios de miedo recurrente y duradero que aparecen frente a momentos específicos que parecen amenazantes para la vida como el hecho que viviste anteriormente.
Sin embargo, es necesario que las terapias sean siempre guiadas por un psiquiatra, el cual es el profesional que mantendrá al margen tus miedos, haciendo que en lugar de huir, permanezcas en ellos y sepas enfrentarlos.
Tratamiento farmacológico
- Antidepresivos: Estos fármacos en especial, son los de primera elección al momento de atacar los síntomas de depresion y ansiedad tras el episodio de estrés postraumático. Igualmente son factibles cuando tras el trastorno hay problemas de sueño y de concentración, siendo la sertralina y la paroxetina los medicamentos de este rubro más empleados para este tipo de problemas.
- Ansiolíticos: estos son otro grupo de medicamentos utilizados comúnmente para tratar el trastorno de estrés postraumático y han resultado satisfactorios en cuestión de aliviar la ansiedad grave al mantener pensamientos catastróficos durante cada episodio. Muchos de estos medicamentos tienen la capacidad de ser mal utilizados por personas que no conocen sus efectos ampliamente, pudiendo agravar el cuadro si no se tiene supervisión médica.
El médico junto a ti y tu caso especial, pueden conocer las medidas más favorables para disminuir los síntomas que persisten en tu mente día y noche, pero para eso es necesario que le des todos los detalles, teniendo la precaución de no omitir ningún detalle que pueda estratificar mejor los síntomas más frecuentes que tienes en cada episodio.
Alrededor de unas pocas semanas, la diferencia la estarás percibiendo con mayores pensamientos positivos y menos episodios de miedo y de recuerdos de ese hecho tan traumático que ha cambiado la calidad de tu vida y de tu tranquilidad.
Así mismo, siempre hazle saber a tu médico tratante si has tenido algún efecto adverso con el medicamento que te ha indicado, de forma de saber si es normal o de qué otra manera se pueden evitar.
¿Qué se consigue al tener los dos tratamientos?
- Los síntomas van disminuyendo de intensidad gradualmente pero de manera más rápida que un tratamiento aislado
- Te ayudará a pensar positivo sobre tí mismo, sobre tu entorno y el mundo en general
- Te enseñará buenas formas de afrontar los síntomas cuando presientas que se acercan
- Van mejorando síntomas en trastornos que tengas asociados, como los de depresión y ansiedad
- Recuerda que no siempre tú solo puedes controlar el estrés postraumático, muchas veces necesitarás ayuda.
Medidas de apoyo en este trastorno
- Crea un plan de tratamiento: A pesar de que te sientas mal y quieras nada más que esperar, es necesario que sepas que en ocasiones requerirás de ayuda, siendo el momento de que des el primer paso de aceptar recibir la terapia y comenzar el cambio de esos síntomas que son tan molestos. Sin embargo, es imprescindible tener en cuenta que todo tratamiento se toma su tiempo pero sin duda, los resultados son satisfactorios.
- Entérate bien de tu diagnóstico: Conocer todos los detalles del estrés postraumático te ayudará a entender de qué trata tu enfermedad y cómo la irás superando a medida que pasan las terapias y el tratamiento en su totalidad, enfocados en poder manejar esas situaciones de estrés inesperadas, referentes a ese hecho tan traumático que viviste.
- Dile sí a la comunicación: Que nunca pase por tu mente el querer aislarte, nada más saludable para tu mente y para superar esa situación, que mantenerte comunicado con tus amigos, tu familia y tu entorno, ellos son los que quieren verte feliz. Dile sí a la comunicación y expresa cada cosa que sientas, aunque sea a tus más allegados, pues no hay nada más fortalecedor que las palabras de aliento de quienes te quieren.
Si viviste un hecho traumático en el pasado y ahora piensas que pudieras tener este trastorno, no dudes en consultar aquí