En tiempos antiguos, la muerte se consideraba un hecho normal y muy cotidiano para las personas, viviéndose como un hecho inevitable, inherente a estar vivos. Sin embargo, con el pasar del tiempo la muerte se ha hecho más lejana, más rara y, sumado a la tendencia de patologizar todo, se ha empezado a considerar el duelo como un cuadro patológico para muchas personas.
Hoy el mundo transcurre rápido, todo tiene que pasar rápido y, por lo tanto, es deseable para la sociedad «dar vuelta a la página» rápido, cuando se vive una situación adversa. Cuando esto no es posible, entonces se considera que la persona que sufre está mal, «se quedó pegada» o está enferma por sufrir. Desde ya les adelanto que el sufrir no es una enfermedad, es un sentimiento inherente a nuestra condición humana.
El duelo, proviene de la etimología de la palabra dolor, refiriéndose a aflicción o sentimiento de tristeza tras la muerte de un ser querido, repercutiendo en emociones negativas de lástima y dolor debido a dicha pérdida.
No obstante, estas sensaciones y sentimientos no se dan en cualquier muerte, sino en pérdidas de personas que han significado mucho para nuestra vida sentimental respectivamente, sean madres, padres, hijos, parejas, por ejemplo.
¿A qué se refiere la palabra «duelo»?
Los expertos como Bowlby definen el estado de duelo, como un proceso psicológico que se desencadena a partir de la pérdida de una persona amada, por lo que no se identifica como un momento sino, un estado que va pasando como todo un proceso con un inicio y un final a nivel emocional, sin importar que al principio pudiesen aparecer síntomas físicos, lo que resulta normal en muchos casos.
La palabra «duelo» hace referencia a la pérdida de un ser querido. Sin embargo, en los últimos años ha sido un término mal utilizado para otro tipo de pérdidas, como pérdida de un trabajo, pérdida del emigrante y otros que en realidad no aplican verdaderamente a lo que es su significado.
Las principales etapas del duelo
- Estupor e ira por la pérdida
- Negación
- Desesperanza y depresión
- Aceptación y reorganización
Sin embargo, si la muerte ocurre de forma inesperada siendo un ser querido con el que tenemos muchos planes y una vida organizada, la ausencia tendrá un duro golpe en nuestras vidas, radicando en principio en la negación total del hecho por no querer aceptar la realidad pero que con el pasar del tiempo, psicológicamente se darán los cambios del duelo, de forma de que nuestra mente logre adaptarse a la nueva realidad, por más dura que resulte.
Ante este hecho, el duelo tendrá un desarrollo y una duración determinada, la cual dependerá de la magnitud de la relación que tenía con la persona fallecida. Y de acuerdo con ello, debe tener un recorrido individual por cada una de estas etapas y superarlas sanamente, a tiempos prudenciales.
Cada una de las personas que han sufrido una pérdida de un ser querido irán experimentando un constante sentimiento de desolación que puede repercutir en deseos constantes de desahogarse con poder llorar y extrañar al mismo tiempo.
No obstante, en ocasiones pueden manifestarse síntomas de aislamiento o indiferencia tras ese mismo hecho, pues es un mecanismo de respuesta que el sujeto percibe para tratar de distraer en la mente, el hecho de haber perdido al ser amado.
Por otro lado, están las personas afectadas que en lugar de los síntomas anteriores, perciben síntomas de agresividad y que en su momento podrían considerarse dentro del rango «normal». Son muchas las emociones que pueden experimentarse tras ese difícil momento y con ello, se pueden suceder distintos comportamientos que manifiestan el duelo, siendo la más frecuente el shock y el constante deseo de querer devolver al ser querido.
Otras personas en cambio, padecen el duelo como una fatalidad reclamando «estaba escrito, le llego su hora, su destino estaba prescrito». Cualquier tipo de duelo inicial en la forma que se presente dependerá de varios factores como la aptitud personal para enfrentar momentos difíciles y buena expresión de las emociones.
¿Cómo diferencio el duelo normal del patológico?
El duelo patológico, por lo general suele ser un estado de shock de larga duración con reacciones exageradas ante la muerte de un familiar cercano o ser querido. Normalmente se da, cuando la pérdida se da de forma inesperada y el primer síntoma de la noticia, suele ser un estado de obnubilación, percibiendo que está dentro de una nube sin poder contactarse con la realidad.
En otras situaciones de muerte inesperada, lo que suele ocurrir es que la persona presente sentimientos de angustia o depresivos exacerbados más allá de lo normal esperado, llegando a limitar su funcionalidad en la vida, con crisis recurrentes e incluso llegando a realizar intentos suicidas en los casos más graves.
Hay personas que pueden llegar a fragmentar su psiquismo, manifestando síntomas psicóticos como delirios y alucinaciones.
Todo lo antes expuesto escapa a una reacción de duelo normal y esperada, por lo cual se considera patológica.
¿Has escuchado del síndrome de duelo ambivalente?
Este síndrome se caracteriza por mantener una reacción plana, es decir, al afectado no se le logra diferenciar si lo que siente es alegría o tristeza por la pérdida de su ser querido, pues su primera reacción suele ser de alivio, mientras que al tiempo después van apareciendo los síntomas de dolor y desolación de forma muy intensa y con más duración que lo normal.
¿Cómo puedo saber si padezco de un duelo crónico?
Este duelo se identifica por ser uno de los más frecuentes y además, complicado; pues va evolucionando a nivel de apariencia pero que en duración, resulta muy prolongada. A pesar que en temas de duración se ha hecho controversial entre el continente Europeo y Latinoamericano se considera un duelo crónico, aquel que dura más de 2 años.
¡Es posible darnos cuenta que estamos sumergidos en un duelo crónico!
El recorrido es individual ante cada duelo sin embargo, existen primeros indicios que podrían hacer sospecharlo:
- Estado de shock duró más de 3 semanas
- Ausencia de afecto hacia los demás, cuando antes eras totalmente diferente
- Etapa de negación que duró más de 6 meses.
En una etapa de negación prolongada, será necesario que el tiempo se encargue de hacerle diferenciar a la persona la realidad e ir aceptando la situación actual que ahora tendrá que vivir sin esa persona que ha fallecido. Una vez, que ese estado se comprende, la negación pasa a un segundo plano y si bien van por la vida diciendo que ya nada será igual, van comenzando a percibir la aceptación.
¿Cuando puede dificultarse la aceptación?
La aceptación es una fase que puede verse dificultada si:
- El doliente quedó con cuentas pendiente con el difunto, pues no dejará de pensar en ello y en cómo haber podido solucionarlo antes de su fallecimiento.
- Si la relación con el ser querido fallecido era de máxima dependencia, por ejemplo un hombre que vivía para una mujer muy contenedora, lo que hace que esta pérdida se vuelva irremediable y se traslade a vivir un duelo imposible e inconsolable.
- Si no hay evidencia física de su muerte. Sucede en los casos de desaparición del cuerpo, en accidentes aéreos o naufragios, por lo cual sus seres queridos se mantienen con la esperanza de que la persona regrese y continúe existiendo como parte de sus vidas, haciendo que no se piense nunca en querer despedirse en realidad.
La última fase, la aceptación
Se sabe que ese momento de aceptación conduce a la reintegración o reorganización de la vida, aceptando que como dice el dicho «la vida continúa», momento en el que el estado de ánimo del doliente irá cambiando a como era naturalmente.
A pesar de estos avances, pueden existir momentos de recaídas en el duelo pero lograrán salir con más facilidad de este, que en momentos pasados donde se creía imposible. Es el tiempo el que te ayudará a atenuar un poco el dolor y hacer que puedas mirar hacia el futuro para seguir con tus planes y nuevas metas, organizando tu vida adecuadamente sin que dependas afectivamente de la ausencia de tu ser querido fallecido.
¿Un duelo normal se puede volver patológico?
La respuesta es sí, pues va a depender del tipo de situación que acarree el duelo, por ejemplo, puede volverse patológico cuando:
- Hay duelos anteriores que no se han resulto y no es porque se acumulen, sino porque se suelen revivir dolores no procesados.
- Si el doliente es una persona poco expresiva para sus sentimientos
- Si la familia mantiene una relación poco afectiva con el doliente
- Se suma el desempleo en el doliente
- Bajo status socioeconómico.
¡El duelo patológico puede llegar a un paso más grave!
Es muy frecuente que en el duelo patológico se presenten las ideas de suicidio, sin embargo, son pocas las veces que estas ideas se vuelven realidad. Sin embargo, en las etapas de duelo patológico el médico tratante siempre debe interrogar acerca si el doliente ha tenido o no, este tipo de pensamientos.
Generalmente estos sentimientos negativos se presentan ante la pérdida de una persona significativa en edades muy precoces, siendo una manera de evadir el dolor y una manifestación de rabia contra el mundo, contra las situaciones que pasan y en muchos casos, contra Dios, de forma que sienten que es la única manera de terminar con un dolor insoportable.
Estos casos se presentan con mayor frecuencia en viudos con edad avanzada y sin familia, pues se sienten como una carga para el resto de su entorno. Cualquier intecto de suicidio debe ser considerado parte de un duelo patológico y un motivo urgente para acudir a un médico y solventar las diferencias y esos malos pensamientos.
En estos casos, lo primero y lo más óptimo que deben hacer los familiares es promover el acompañamiento continuo, de manera de inducir apoyo y contención.
Consejos empeza a superar el duelo patológico
Psicoterapia
Para quienes están cursando actualmente un duelo patológico, nada más adecuado que acudir a ayuda profesional, quien te orientará acerca de las fases del duelo y cómo las tienes que vivir para salir victorioso y tranquilo de ella. Si bien es cierto el dolor ahora es parte de tus sentimientos, pero superar las pruebas difíciles es parte de la vida y de lo que tienes que aceptar para ser feliz. El especialista en estos casos podrá entenderte enormemente y aconsejarte para llegar a la luz.
Entra en una red de apoyo
Las redes de apoyo social, son una opción gratificante para empezar a superar el duelo, siendo necesario que también se tenga el apoyo de amigos y familiares, de forma de fortificar la recuperación, en el menor tiempo posible.
Aprende a aceptar y expresar tus sentimientos
Para recuperarte del duelo, tienes que saber expresar tu dolor, dejarlo salir todo lo que puedas y hablar para expresar tu sentir. Una opción buena para ello, es escribir un diario o simplemente apoyarte en tu persona de confianza para ir paliando tu dolor y regresar a tu vida normal.
Cuándo acudir al Psiquiatra
Si sospechas que el duelo se tornó patológico o desencadenó otra enfermedad de la mente como depresión, trastorno de ansiedad o alguna severa alteración del sueño que pudiera requerir tratamiento farmacológico para poder ayudarte a superar el duelo. No dudes en consultar aquí.