¿Es una tristeza permanente? ¿Me durará toda la vida? ¿Tiene alguna cura? Todos esos detalles de la distimia, que es y cómo se trata los conocerás ahora y sabrás que ¡las esperanzas de una vida plena y feliz si son posibles y están totalmente a tu alcance!
La distimia se reconoce clínicamente por ser un trastorno del ánimo que se presenta de forma crónica, es decir, con una duración mínima de dos años en adultos, mientras que en adolescentes y niños desde un tiempo mínimo de un año. Se trata de una tristeza crónica, sin embarga no alcanza a cumplir los criterios para diagnosticar una depresión.
Según la clasificación dada por el manual diagnóstico de trastornos mentales (DSM IV-TR) la distimia se divide en aquella de inicio precoz, antes de los 21 años y de inicio tardío, posterior a los 21 años de edad.
Si bien la de inicio precoz suele observarse acompañado de trastornos de conducta y déficit de atención e hiperactividad, debe distinguirse la distimia de otros tipo de depresión, de acuerdo con su presentación y síntomas.
Con un diagnóstico temprano, el alivio de los síntomas y la evolución será mucho más satisfactoria, a diferencia de si se trata tardíamente.
Con un tratamiento temprano, se logra lo más importante que es tener mayor conciencia del estado de ánimo que vives a diario y poder identificar si posees baja autoestima y falta de motivación hacia actividades habituales, pues el objetivo ante todo es mejorar la calidad de vida.
¿De donde viene la distimia?
La definición de distimia la considera una enfermedad proveniente de muchos factores, dentro de los cuales se incluyen mecanismos psicológicos, biológicos y sobre todo, el entorno social.
Muchos expertos en salud mental destacan que la parte más importante de la tendencia a la distimia en cualquier persona tiene un gran porcentaje en una predisposición genética combinada siempre con factores ambientales que intervengan directamente reduciendo los niveles de serotonina, noradrenalina y dopamina, sustancias responsables del estado de ánimo en el ser humano.
La gravedad de la distimia está en menospreciarla…
Cuando nos enfrentamos a un diagnóstico de distimia, no podemos menospreciarla asumiendo que se trata de una simple depresión leve, ya que es proveniente de una entidad distinta, es un trastorno crónico que si no se trata puede permanecer toda la vida y peor aún, con secuelas a nivel de tu calidad de vida como paciente y también dentro de tu entorno familiar.
A pesar que la distimia es un trastorno poco estudiado desde su descubrimiento, si se tiene certeza que tiene peor pronóstico que la depresión mayor, debido a que la primera va provocando limitación funcional en el contexto de actividades sociales, como en su trabajo y/o escuela, respectivamente. La depresión es un proceso agudo, con síntomas que alarman y movilizan al paciente a buscar ayuda de manera rápida, la distimia en cambio es más silenciosa y a la larga muchos pacientes se acostumbran a ella y crean una vida en torno a este malestar.
¿Cómo sé si tengo distimia?
Según el DSM V el trastorno de distimia se caracteriza por un estado de ánimo bajo o depresivo la mayor parte del día por un periodo de 2 años. Asociado a 2 de cualquiera de los siguientes síntomas:
- Estados de inapetencia o aumento de apetito
- Insomnio o aumento del sueño
- Cansancio o falta de energía
- Déficit en la concentración e incapacidad para tomar cualquier decisión
- Desesperanza o bien, autoestima baja y autocrítica constante.
Los síntomas de distimia pueden estar ausentes por un tiempo, pero no más allá de 2 meses sin que vuelvan a aparecer.
¡Una parte importante de la distimia… la infancia y el estrés!
La experiencia de eventos adversos en el periodo de la niñez, parece influir de manera significativa en la aparición de distimia y en el pronóstico de la misma. Sin embargo, los estudios aún son escasos para confimar esta relación.
La exposición constante y recurrente al estrés, sobre todo en la edad adulta va generando mayor sensibilidad a estos trastornos debido a que incrementa la producción de cortisol, sustancia intensamente relacionada con los estados de ánimo, sobre todo cuando se alteran sus receptores por causa del estrés.
Existen otras variables como la edad, los trastornos anteriores de ansiedad, la escasa relación materna en la infancia y, también la historia de abuso sexual en la niñez, situaciones que predicen un déficit en el funcionamiento del tratamiento tras 10 años de iniciarse el cuadro, sin dejarse a un lado, el estrés crónico.
¿Distimia o Depresión? ¿Cómo diferenciar el diagnóstico?
La distimia suele compartir síntomas con la depresión mayor, siendo el más importante en ambas el estado de ánimo depresivo, por lo cual muchas veces se confunden.
Pero la clave fundamental para saber diferenciarlos es saber que la distimia se caracteriza por ser menos grave que la depresión mayor pero a su vez, tiene un curso crónico a diferencia del segundo, por lo que en el primer caso pueden tardar mucho más tiempo en consultar al médico, acarreando más y más sufrimiento acumulado.
La distimia en más del 60% de los casos puede ocasionar episodios de depresión mayor en algún momento de la vida y en caso de que estén presentes ambos cuadros se define el trastorno como «depresión doble«.
¿La distimia tiene cura? ¿Cómo se trata?
La cura del trastorno de distimia se centra en el manejo similar al de una depresión mayor, involucrando tratamientos con medicamentos antidepresivos en conjunto con la terapia del habla (psicoterapia), por lo que resulta indispensable tener un médico psiquiatra de cabecera.
Es importante combinar tanto la terapia farmacológica con la psicoterapia, pues ha demostrado que entre ambas la evolución de la distimia, resulta mucho más efectiva y satisfactoria que establecer una sola de ellas.
Medicamentos antidepresivos para la distimia
Se sabe por los resultados de muchos ensayos y estudios, que los antidepresivos tienen un buen margen de seguridad y efectividad en los trastornos de distimia, especialmente a largo plazo, siendo los inhibidores de recaptación de serotonina los de primera elección.
No obstante, para la selección del medicamento se deben tener en consideración factores como la historia de respuesta del paciente a antidepresivos anteriores, familiares con uso de antidepresivos, buena adherencia al tratamiento, costos y posibilidad de combinarlo con otros, según la dosis/respuesta adecuada.
¿Los antidepresivos son efectivos al 100%?
Por muy bien seleccionados que sean los medicamentos en el trastorno de distimia, los antidepresivos logran mejorar el cuadro en un porcentaje de 70% de los casos aproximadamente, pues existen pacientes con distimia resistente a los antidepresivos, teniendo que agregarse litio o tiroxina.
Ten en cuenta que la suspensión brusca de los medicamentos puede provocar episodios de recaída que se pueden observar hasta en un período promedio de 4 años, por lo tanto, es muy necesario hacer un tratamiento completo, no abandonarlo por cuenta propia y mantener un periodo de seguimiento antes del alta definitiva.
Psicoterapia como parte del tratamiento de distimia
Dado que la distimia tiene una alta relación con el mal menejo de tus emociones, la psicoterapia es un elemento para aplicar en conjunto con el tratamiento farmacológico en estos cuadros depresivos crónicos.
La psicoterapia ha de usarse de forma paralela a los antidepresivos, pues se ha demostrado que aumenta la efectividad de la terapia en general.
La evolución más inmediata que resulta de la psicoterapia, es la mejoría de los síntomas de desgano y falta de energía ya que la persona empieza a enfrentar los eventos de la vida con pensamientos positivos y nuevas herramientas.
Si bien es cierto, que el tratamiento de la distimia con psicoterapia es óptimo, también es necesario recordar que los resultados logran resaltar con al menos 18 sesiones, lo que significa que son varios meses de tratamiento y con buena adherencia al mismo.
Es importante tener presente que como paciente, la angustia por ver resultados rápidos en la depresión por distimia puede perturbar la evolución, sin embargo la clave está en seguir cumpliendo con las sesiones e ir avanzando paulatinamente, sin apresurarse a los tiempos, ¡recuerda los resultados serán seguros!
De no adherirse a todas las fases del tratamiento, la evolución se hará tórpida y aunque es un cuadro menos grave que la depresión mayor, la distimia es un trastorno que tiene un impacto más devastador en tu calidad de vida, pudiendo conllevarte a la depresión doble.
¿Cómo puedo reconocer a un familiar con distimia?
Si no eres tu, el que está padeciendo este cuadro depresivo crónico pero sí es alguien muy cercano, puedes reconocer el problema a través de sus actitudes y por los pensamientos que expresa en su vida diaria.
Por ejemplo, el paciente con distimia suele referir que se siente deprimido «desde que nació», pudiendo confundirse con un trastorno de personalidad depresiva.
No obstante, son los síntomas anteriormente descritos más su relación con el entorno los que te ayudarán a definir si es una distimia u otro trastorno de depresión.
Estrategias en el estilo de vida de un paciente con distimia
El trastorno de distimia debe combinar sintomas emocionales, más comportamientos con la sociedad en la que se rodea. Una vez diagnosticado con este cuadro, existen estrategias del estilo de vida que harán que mejores y evoluciones hacia una vida feliz.
¿Cuáles son estas estrategias?
- Cumple tus objetivos: Todos los planes que haz tenido en mente en los últimos años no tienes por qué dejarlos atrás. Es el momento de concentrarte y hacerlos realidad, sirviendo además para que te sientas motivado.
- Disminuye las obligaciones: Es importante que ante tu trastorno de distimia reduzcas en gran proporción las obligaciones, pues son situaciones causantes de mucho estrés. Planifica tu día con pocas obligaciones y más hechos agradables para que empieces a disfrutar lo grato de estar contigo mismo.
- Desahógate con un diario: Escribir las cosas buenas y no tan buenas de tu día en un diario te hará sentir liberado. Este mecanismo debe ser parte de tu tratamiento como una psicoterapia escrita para mejorar el estado de ánimo y expresar todas tus emociones.
- Participa en el entorno social: Es imprescindible que no te aísles de la sociedad, pues serán ellos los que te ayuden a levantarte y salir de este trastorno en menor tiempo. Reúnete con amigos y comparte experiencias agradables aunque no sientas ganas en un comienzo, ya verás que con el tiempo se hará cada vez más fácil y satisfactorio.
- Medita para controlar el estrés: Con mecanismos de relajación como yoga, tai chi y ejercicios de respiración, las condiciones de estrés logran reducirse y con ello, la condición de tristeza crónica irá hacia la mejoría con mayor efectividad.
- Olvídate de decidir cuando no te encuentres bien: Si estás en un episodio depresivo o de recaída de distimia, no tomes ningún tipo de decisión, pues puede no ser la correcta ni la que en realidad estás deseando.
Prepárate para la consulta con el psiquiatra
Ya que has conocido todos los elementos que involucran el trastorno de distimia, es importante que tengas una evaluación, control y seguimiento de tu caso con un especialista, es decir un psiquiatra que evalúe tu condición actual y la meta que quieres lograr.
Recuerda que en los trastornos del ánimo, el apoyo profesional es lo más importante y dar el primer paso en consultar ya es un avance inmediato que debes valorar.
Si todavía no te sientes preparado para recurrir a un profesional de la salud mental, involúcrate en principio con un médico de atención primaria, cuéntale lo que sientes, tus tipos de pensamientos y emociones.
Una vez cumplida esta primera acción, escala un paso más allá con el psiquiatra. ¡Te estaremos esperando con toda la motivación y ganas de ayudarte a salir de la oscuridad de la distimia!